23 dic 2008

Gustavo Bolívar, autor de 'Sin tetas no hay paraíso': "Si ponemos a todas las novias de los narcotraficantes juntas, parecerían hermanas"

"Lo que más miedo me dio es que la Catalina de la vida real tuviera la razón", dice Gustavo Bolívar. Y al final la tuvo: consiguió, tras prostituirse con un cirujano plástico, que éste le colocara unos implantes de segunda mano, gracias a los cuales cumplió su sueño de convertirse en la novia de un "narco de tercera con ínfulas de Pablo Escobar".

fuente: Hora Sur, Blog | 20-Feb-2008

Escrito por: horasur el 20 Feb 2008 - URL Permanente

Por David Santa Cruz - Revista Tiempo

Gustavo Bolívar, autor de 'Sin tetas no hay paraíso': "Si ponemos a todas las novias de los narcotraficantes juntas, parecerían hermanas"

"Lo que más miedo me dio es que la Catalina de la vida real tuviera la razón", dice Gustavo Bolívar. Y al final la tuvo: consiguió, tras prostituirse con un cirujano plástico, que éste le colocara unos implantes de segunda mano, gracias a los cuales cumplió su sueño de convertirse en la novia de un "narco de tercera con ínfulas de Pablo Escobar".

Gustavo Bolívar Moreno (Girardot, Cundinamarca, 1966) comenta que la novela ya se pide en las escuelas secundarias de Colombia para prevenir a las niñas, y evitar que caigan en las garras de traficantes de drogas de medio pelo. "El drama es que suceda con niñas, si fueran más grandes... -reflexiona el escritor-, pero es que ni siquiera hay un delito configurado en esa actividad. Quiero que la novela sea un llamado de atención a la sociedad, porque es muy triste que la juventud del país esté pensando que la educación no sirve para nada como me decía Catalina y esté poniendo en práctica esa herencia maldita del narcotráfico, el enriquecerse rápido y fácil; ése es un mensaje letal".

Por ello, para el escritor lo más importante de este libro es la discusión que está generando en Colombia y en otras partes del mundo: "En la conferencia que di en Monterrey algunas personas se acercaron para comentarme que ese fenómeno ya se está dando en México".

Reconoce que esta novela es un tanto moralista, aunque él no suele serlo: "Soy de los que cree que el autor no debería tomar partido en esas cuestiones, y de hecho nunca lo hago en lo que escribo, pero debo confesar que en esa novela sí me salió, me salió un sesgo totalmente definido contra los narcotraficantes y en ese sentido la novela sí tiene sus pasajes moralistas. "Y se me salió porque tengo muchos motivos para que se me salgan -entre ellos el reciente secuestro de su primo-, es gente que nos ha hecho mucho daño. Hay mucho desprecio de mi parte y de la sociedad colombiana para con estos señores y quería mostrarlo, son una peste que nos ha matado gente muy valiosa".

La novela ha generado morbo. ¿Es lo que pretendía el autor? "Lo que tienen el libro y la serie -asegura Bolívar- es una coincidencia que no fue premeditada, son dos elementos muy universales. Cuando apareció el libro no pensábamos que saliera de Colombia por ser un tema muy local. La discusión con la editorial era si hacíamos 1.000 ó 2.000 libros; finalmente se hicieron mil. Si hubiéramos querido explotar el morbo desde el inicio hubiéramos sacado 50.000 ejemplares. La novela se vendió voz a voz y fue ahí donde iniciaron los tirajes de 5.000 y 10.000 ejemplares. Inclusive cuando Caracol -la mayor cadena de medios de Colombia- compró los derechos para la serie, tampoco le apostó a un negocio muy grande porque sólo se hicieron 23 capítulos, si ellos hubieran previsto este éxito me hubieran pedido 120 capítulos, de hecho me los pidieron cuando la serie estaba al aire y habíamos roto las audiencias. A pesar de que hubo mucha plata de por medio, no lo hice porque creía que era jugar con los lectores".

"Cuando Caracol llamó, dije que era imposible llevar esto a la tele, porque el libro tiene escenas muy duras y un lenguaje muy fuerte. Me pidieron que lo suavizara, por ello quitamos muchas escenas, desnudos hay dos o tres, escenas de sexo, quitando la de la violación, tres o cuatro en 23 capítulos, porque sabíamos que nos lo iban a censurar, no queríamos irnos por el morbo. Otra cosa es que la Comisión de Radio y Televisión no nos iba a permitir usar menores de edad en los papeles claves de Yésica y Catalina, y no sé que tanto impacte que un narcotraficante lleve a la cama a una muchacha de veintitantos años".

Comenta Gustavo Bolívar que "si ponemos a todas las novias de los narcos juntas, parecerían hermanas". Ellos les pagan todas las cirugías que necesiten para lucir dentro del estereotipo que el escritor investigó hasta sus raíces y que al parecer tiene su origen en la fijación de los capos por las chicas de la serie "Los vigilantes de la playa", en especial por la voluptuosa Pamela Anderson.

(fuente: Tiempo, 15 de febrero de 2008, págs. 74-75)